Las desaforadas pasiones que rindieron al público de la época de Verdi, espejo del espíritu de la época romántica, resuenan en esta puesta en escena contemporánea, evidentemente. Pero el eje de esta propuesta pone el énfasis en la guerra, y en este caso una guerra entre hermanos donde las acciones irracionales, sin espacio para la reflexión, resultan verosímiles.
Una larga y extenuante guerra de trincheras por donde deambula un paisaje humano fantasmagórico. El sinsentido del odio de los soldados y de los cuatro protagonistas avanza en su apasionada historia de amor y venganza, que por fin es posible.
Espacio escénico que evoluciona a la vista del público y que se inspira en la Primera Guerra Mundial, aquel centenario conflicto que, supuestamente, nunca se volvería a repetir.
