Desde el siglo XV Juana de Arco ha traspasado las fronteras de Francia para convertirse en el mito del anhelo de futuro y de la lucha contra el mal que se expande y se contrae a lo largo del tiempo. Así lo entendieron Arthur Honneger y Paul Claudel con su pieza, que actualmente no podemos entender sin evocar el nazismo y sus consecuencias durante la II Guerra Mundial.

Esta puesta en escena Jeanne d’Arc au bûcher crece también hacia otra dimensión y se sitúa en el presente. Nuestro mal de cada día se abre paso en forma de la más descarnada avaricia financiera y desencadena fuerzas del todo irracionales como fanatismos de diferente signo, movimientos reaccionarios, excluyentes y cargados de odio, además de provocar el agotamiento del sistema. La incertidumbre augura un futuro marcado por unas estructuras de tipo feudal que representarían la eclosión de una Nueva Edad Media. Tiempos oscuros para una estética característica de La Fura dels Baus desde su fundación.

Ante este universo de degeneración y pesadilla, Juana de Arco es todavía capaz de iluminar con su pureza. Por ello hemos elegido como prólogo la luz del poema lírico La Demoiselle élue, de Claude Debussy.