Obra
Ópera
18.05.2011
Viena
El éxtasis de la tragedia
Es un placer poder escenificar la Orestíada, la única trilogía que se conserva del teatro griego antiguo. Sobretodo escuchar la música de Xenaquis e interpretar su visualización sobre el final de la maldición sobre la casa de Atreo. Me imagino el año 458 a. C. y a los actores/cantantes que, embriagados por la música, se olvidaban de sí mismos viéndose a sí mismos desde fuera, en un estado simultáneo de embriaguez y sobriedad. Como dijo Nietzsche, las investigaciones occidentales solo han vislumbrado sombras de los griegos, no habiendo penetrado apenas la capa más superficial de su mundo. Nos falta la música para conocer a los griegos antiguos y el griego Xenaquis ha intentado recuperarla para que fluya de ella el fuego vital griego que rodea a la tragedia y su carácter trascendente, con su experiencia del agua de la vida y del aire de la muerte. La vida es como una fuente eterna que constantemente produce, y que se desgarra a sí misma produciendo el dolor y el sufrimiento de quedar despedazado de lo primordial.
Me gustaría que el público sintiera el abismo caótico que subyace bajo la tierra de las formas y de la cual éstas emergen. La Orestíada es portadora del más horrible sufrimiento, en tanto que destruye la lógica del individuo y enfrenta al hombre con la angustiosa ilimitación y el espanto; pero también del mayor placer, de la divina embriaguez que supone verse liberado de las cadenas que impiden contemplar la unidad que subyace bajo todo lo existente. Su arte es la música, la que provoca el sagrado entusiasmo que hace a los hombres cantar y bailar en comunión con la naturaleza. Esto es lo que la Fura dels Baus siempre ha intentado, sobretodo en sus primeros trabajos y en la Orestíada podemos volver a intentar reflejar ese juego de la construcción y la destrucción perpetua del mundo, abriendo una puerta al espectador a ese misterio: Vivir una experiencia rodeado por el coro y la maravillosa música de Xenaquis.
Director Orquesta: Peter Rundel
Concepción Artística y Dirección: Carlus Padrissa (La Fura dels Baus)
Asistente, Coreografía: Saskia Hölbling
Concepto Artístico y Escenografía: Roland Olbeter
Pirotecnia: Thomas Bautenbacher
Dramaturgia: Sabine Föllinger
INTÉRPRETES
Baritono: Carl Rosman
Orquesta: Remix Ensemble Porto
Coro: Webern Kammerchor der MDW
PRODUCCIÓN
Coproduccción: Wiener Festwochen, Wiener Taschenoper
En Cooperación con: Remix Ensemble Porto
La Orestíada es portadora del más horrible sufrimiento, en tanto que destruye la lógica del individuo y enfrenta al hombre con la angustiosa ilimitación y el espanto; pero también del mayor placer.