La ópera, dirigida por Carlus Padrissa y Zubhin Mehta, presenta Siegfried como un hombre en permanente estado de combustión que persigue el ideal de justicia para todos, y para escenificar este mito La Fura ha reconstruye un espacio vivo con proyecciones de vídeo en tres dimensiones, elementos móviles (como un dragón de once metros), acróbatas, fuego y suelos de cristal que reflejan la dualidad del personaje.
Y es que la escenificación de la Tetralogía de Wagner se desarrolla a partir de una lectura global, con la coincidencia de elementos en todas sus partes y un plan para sorprender en cada una de ellas. Un suelo de cristales y espejos que reflejan la dualidad de Siegfried, un hombre que no sabe quién es, el «dealista que defiende a los de su pueblo, aunque no tengan razón. Una versión llena de luz para una obra a la que no se puede ir con racionalidad, sino con el corazón.