A la hora de presentar su nuevo modelo Mercedes Clase A, un utilitario revolucionario, Daimler Benz concibe una estrategia que acerque el nuevo vehículo al público en su ámbito natural: la calle. Para realizar este proyecto de comunicación se diseñó una gran estructura arquitectónica cúbica que debía cumplir la función de escaparate para el nuevo modelo. Este enorme stand, capaz de competir en volumen y altura con la arquitectura permanente de las ciudades, realizaría una gira por las plazas más emblemáticas de distintas ciudades europeas.

Daimler Benz quiso que la presentación de su nuevo automóvil contara con un evento cultural multitudinario que enriqueciera el contenido de su gran instalación. La Fura se encargó de desarrollar ese evento y concibió Simbiosis, un macroespectáculo que utilizaba la gran estructura arquitectónica como escenario.

La dramaturgia de Simbiosis se dividía en cuatro partes que se correspondían con los cuatro elementos naturales: aire, fuego, tierra y agua. El cubo reaccionaba a cada uno de estos cuatro elementos, lanzaba fuego, creaba cortinas de agua, arrojaba tierra y creaba grandes corrientes de aire. El cubo era un macromundo capaz de albergar vida, y esta circunstancia se recreaba a partir del nacimiento de unos seres, que denominamos «cucuns». Estos seres se descolgaban por la estructura para realizar una serie de acciones en el interior de unas urnas de cristal. Esas acciones reproducían pequeñas anécdotas relacionadas con los cuatro elementos naturales y tenían un carácter irónico, comprensible para los espectadores de toda Europa. Las urnas de cristal permitían que los actores que actuaban dentro de ellas las iluminaran a voluntad, dejándolas a oscuras en los momentos en que la acción se acababa y era necesario cambiar la escena.

Al juego de escalas que planteaba el gran cubo presidendo la plaza se sumaban las pequeñas acciones que se desarrollaban en el interior de una serie de cabinas transparentes: un macromundo conviviendo con un micromundo.

Simbiosis viajó hasta Frankfurt, Berlín, Leipzig, Munich, Dortmund, Bremen, Kiel, Hannover, Hamburgo, Mannheim, Praga, Dresde, Stuttgart, Nuremberg, Copenhague, Oberhausen, Zurich, Milán, París, Nápoles y Madrid, entre mayo y noviembre de 1997.

Creación y dirección
«Hansel» Cereza, Pep Gatell
(La Fura dels Baus).

Música
Miki Espuma (La Fura dels Baus), Robert Merdzo.

Diseño de iluminación
Rolf Derrer, Germinal Ruiz.

Diseño de sonido
Marc Sardá

Ayudante de dirección
Nadala Fernández

Vestuario
Marga Binoix, Sylvie Lafourcade.

Diseño de efectos especiales
Reyes Abades

Coordinación de actores
Vidi Vidal

Músico
Robert Merdzo

Actores
Núria Albertí, Kike Blanco, Jordi Cadellans, Ernest Coll, M. Ángel González, Nika Marijuan, Alverto Olivares, Javiera Parada,
Kike Salgado, Borja Sagasti, Penélope Serrano, Semolina Tomic.

Coordinación vídeo
XTB-Jordi Casinos

Equipo de montaje
Espais i Acrobácies

Ilustraciones
Jordi Vila

Equipo técnico
Pera Adell, J.M. Blancafort, Jordi Berenguer, Luis Monteagudo, Xesco Morros, Joan Roig.

Regiduría
María Barahona, Marta González,
Violeta Segura.

Efectos especiales
Óscar Abades, Ángel Alonso, Óscar Ferrández, Custodio Molinero.

Responsable vestuario
Toni Allende

Técnico vídeo
Eduard Bausach

Responsable riggers
David Atance, Daniel Santamaría.

Riggers
Anselmo Acebes, Antoni Arbones, Carles Brasco, Jordi Carbonell, Víctor Fernández, Carlos González, Francisco Chaves, Cheko, Ángel Linares, Anabel Monteagudo, Carlos Ramallo, Miriam Richart, Jordi Sales, Anabel Segura, Sergi Vergés.

Producción
Ina Lüders, Lucía Grau, Carmen Martínez, Xavier Solé.

Ayudante de producción
Lisandro Cilento

Estreno
10/5/97, en Opernplatz, Frankfurt.

Representaciones
21

Un espectáculo producido y desarrollado especialmente para Mercedes-Benz.

Por encargo de Mercedes-Benz La Fura desarrolló un macroespectáculo itinerante (se representó en 21 ciudades europeas,) que debía presentar un nuevo modelo de automóvil a partir de los cuatro elementos naturales: aire, fuego, tierra y agua.