Sonntag aus Licht
Sonntag aus Licht (Domingo de luz) es una ópera-oratorio compuesta por Karlheinz Stockhausen durante los años 1988 y 2003. Sonntag aus Licht está dedicada a la adoración de la divinidad energética creadora de la naturaleza y es representada por la unión de Michael, Eva y Lucifer que caminan por los deslumbrantes laberintos de la atracción masculino femenina, del ego y de la psique y de la pasión y de la razón. Domingo de luz es la obra que cierra la septología Ciclo de Luz dedicada a los siete días de la semana y que tiene casi treinta horas de duración. Esta puesta en escena busca ser la unión de la Furaritual, de estética neoprimitivista, con la Fura hipertecnológica y futurista de algunas óperas, espectáculos e instalaciones urbanas.
ESCENA 1 LICHTER-WASSER 58′
La unión mística de Eva, agua, y Michael, luz, transcurre en un espacio circular de 40 metros de diámetro donde el público contempla desde sus tumbonas, como en un planetario, el cielo-escenario durante toda la escena. El agua, alter ego de Eva, es un icono en forma de géiser formado por 7 mujeres, con la cantante solista en lo más alto, y 6 bailarinas que mueven sus brazos a modo de diosa oriental. La luz, encarnada por Michael, es un ser luminoso y deslumbrante que vuela sobre el público encima de una grúa que le permite girar 360 grados sobre su eje. Los dos protagonistas se mueven acorde con la rotación de los planetas, sumergidos en el tiempo relativo del espacio interplanetario. Stockhausendecía que la música es una forma de arte que tiene lugar en el tiempo, que no puede captarse de un vistazo como una imagen, pero en el cosmos el tiempo se expande y se contrae. Por este motivo, en nuestra versión escénica, de la columna central del espacio aparecen dos alas de avión suspendidas, de 17 metros de largo, que recuerdan las manecillas gigantes de un reloj, un reloj cósmico agitado por las 12 olas musicales que recorren el espacio. Cada ola representa a los 12 cuerpos celestes, los 9 planetas de nuestro sistema solar, más el sol, la luna y un nuevo planeta llamadoMICHEVA, creación deStockhausen.
Este proyecto está inspirado en la armonía del cosmos. Es una instalación viva en la que los tonos sonoros reflejan los movimientos espaciales, caminando de un instrumento a otro y moviéndose por el espacio gracias a 29 cosmonautas instrumentistas. También hay una visualización de la música que genera un entorno sinestésico al proponer luz verde para los instrumentos graves y azul para los agudos. Agua para todos los músicos al final de la representación, incluso para el público.
ESCENA 2 ENGEL-PROZESSIONEN 41′
…La oscuridad no puede expulsar a la oscuridad; sólo la luz puede hacer eso.
El odio no puede expulsar al odio, sólo el amor puede hacer eso… A estas palabras de Martin Luther King, Stockhausen añadió en su manifiesto que la humanidad debería dormir y soñar con más frecuencia para contactar con los ángeles. Pues bien, al inicio de la segunda escena, en medio de la oscuridad total, mientras el público está todavía tumbado fantaseando o simplemente entrando en una leve fase de ensueño, empieza un desfile de siete grupos de ángeles que cantan a capella las alabanzas a Dios. La procesión empieza de forma acusmática , con una serie de maniobras sonoras ejecutadas en la oscuridad, sólo alterada por cortos flashes de luz que muestran puntualmente algunas de las coreografías de los ángeles. A medida que avanza la procesión, estos seres celestiales van encendiendo las lámparas que, a modo de flores de cristal coloreado, sobresalen de sus túnicas. A cada uno de los siete grupos de ángeles lo distingue un color, una gestualidad y un idioma diferentes según al día de la semana al que pertenezcan; así, cantan en castellano, chino, hindú, suajili, inglés, árabe y alemán. La procesión termina con la materialización de la unión final, en un espacio ya totalmente iluminado, cuando cada ángel coloca las flores de sus vestidos luminosos en la columna central del círculo, creando un tapiz cromático. Al final de la escena, aparecen veinte ángeles sobre zancos portando unas espectaculares alas diseñadas por el artista catalán Chu Uroz, responsable del vestuario de este proyecto, estos ángeles bailarines van moviéndose por todo el espacio coincidiendo con el tutti final del coro.
ESCENA 3 LICHT – BILDER 41′
Sobre un suelo de agua, Eva se desdobla en flauta y clarinete y Michael en trompeta y en voz de tenor. Éste canta sus alabanzas a Dios en el espejo de la creación de la que refleja múltiples fragmentos, desde la piedra hasta el interior de la mente a través de imágenes de luz en movimiento, proyectadas en tres dimensiones. Estas imágenes proporcionan una ilusión de realidad tal que al público se le hace difícil no intentar alcanzar esos objetos con las manos: es uno de los trabajos videográficos más oníricos e interesantes que el video artista catalán Franc Aleu ha realizado hasta hoy. En cuatro ocasiones, la pantalla de proyección, como si de un telón se tratara, se desliza hacia un lado para volverse a cerrar en un minuto. Cada abrir y cerrar descubre a los espectadores los 100 metros de profundidad de un escenario enorme, en el que veinte bailarines realizan coreografías en homenaje a los cuatro elementos: agua, tierra, fuego y aire. La virtualidad del 3D ha dejado paso a lo real.
ESCENA 4 DÜFTE – ZEICHEN 58′
En la cuarta escena, se propone un ritual mágico con olores penetrantes: Cuchulainn, Kyphi, Masilla, Rosa Mística, Tate Yunanaka, Madera de oud e Incienso, siendo cada una de estas siete fragancias un homenaje a los días de la semana. Hacia el final de esta parte, aparecen Eva como madre y Michael como niño, un niño que sube en un caballo volador conducido por su madre. En la versión escénica de la Fura dels Baus, los cantantes se comportan como chamanes al andar sobre el agua para levantar altares, con la ayuda de sus discípulos, y ejecutar rituales dedicados a cada día de la semana. El caballo volador del final es una de las esculturas más interesantes que el artista alemán Roland Olbeter ha creado en toda su carrera artística.
ESCENA 5 HOCH – ZEITEN 37′ CORUS SALA A HOCH – ZEITEN 37′ ORQUESTA SALA B
Hoch –Zeiten se lleva a cabo simultáneamente en dos salas, intercomunicadas por la transmisión de audio y video. La boda de Eva y Michael se realiza a través de la unión de dos espacios que simbolizan dos cuerpos : la sala A personifica el de Eva que alberga el coro, mientras la sala B es el cuerpo de Michael habitado por la orquesta. Pero el espacio A también encarna el día, la tierra, la palabra, el ego, la razón, la acción correspondiéndose con el lado izquierdo del cerebro. El espacio B, por su parte, se relaciona con la noche, el cosmos, la música, el instinto, los sueños, la utopía, la psique y, en definitiva, con el lado derecho del cerebro
Espacio A: El público entra en la sala cuando se están realizando cinco coreografías que simbolizan cinco civilizaciones: India, China, Arabia, Europa y Africa. Los espectadores permanecen de pie durante toda la representación, de tal manera que pueden interactuar con los intérpretes dado que bailan a su mismo nivel realizando diferentes rituales de bodas para concluir con una celebración global.
A partir de que el ángel Michael se aparece a Eva volando en su caballo blanco, los actores ayudados por algunas personas del público, empiezan a construir una casa que simboliza una alianza de civilizaciones. Después de una videoconferencia con el espacio B, donde tres músicos interpretan el tema central deSonntag , los espectadore son invitados, uno por uno, a entrar en la construcción. Los personajes étnicos de cada civilización se convierten en ángeles que sostienen los pilares de la casa común.
Espacio B: sobre un suelo de agua encontramos cinco grupos orquestales dirigidos por cinco directores, sobre cuya música se insertan los siete duetos centrales de las siete óperas delCiclo de Luz. Los músicos de la orquesta de Stockhausen no permanecen ocultos en el foso, al contrario, suben al escenario y no solo se mueven como en los conciertos de música popular, sino que, como personajes teatrales, hablan entre ellos, articulando un discurso y generando emociones.
La Fura dels Baus recupera en esta última escena sus trabajos pioneros en telepresencia que realizó entre los años 1994 y 2002. Iniciados con el espectáculo M.T.M, en el que el espacio y el público se encontraban divididos en dos partes , pasando por las BOM Experiences realizadas entre diferentes espacios conectados por videoconferencia y terminando con la ópera Auf den Marmor-klippen de Giorgio Batistelli , basada en la novela de Ernst Jünger y estrenada en la Opera de Manheim , en la que el personaje de la memoria era interpretado desde Barcelona a tiempo real durante la escenificación de la ópera.
Otro aspecto importante de esta parte es que los espectadores de la sala permanecen de pie en medio de la representación , al igual que en los espectáculos de lenguaje Furero en los que se puede decidir en todo momento donde ir, que mirar, que tocar o, en definitiva, de que manera el público decide habitar el escenario. Así, el espectador envuelto por la acción, más que contemplar vive su propia experiencia y una aventura personal. Esta interacción consigue su clímax cuando la pulsación vital de los espectadores coincide con la del tempo escénico.
SONNTAGS-ABSCHIED: Mientras el público abandona el espacio y sale del edificio, es acompañado por una versión de HOCH ZEITEN para cinco sintetizadores. La famosa fuente del recinto de la Feria de Colonia, donde se celebra esta ópera, acciona sus surtidores de agua iluminados con luz blanca, acompañada por la música de Stochkhausen.
Dirección musical: Kathinka Pasveer, Peter Rundel
Concepto escénico: Franc Aleu, Roland Olbeter, Carlos Padrissa (La Fura dels Baus )
Dirección escénica: Carlus Padrissa (La Fura dels Baus )
Escenografía: Roland Olbeter
Video: Franc Aleu, Urano
Vestuario: Chu Uroz
Iluminación: Andreas Grüter
Dirección de Coros: James Wood
Coreografía: Athol Farmer y Carlos Paz
Dramaturgia: Thomas Ulrich
Sonido: Kathinka Pasveer, Paul Jeukendrup
Diseño de sonido: Igor Kavulek
Fotografías: Klaus Lefebvre
Sonntag aus Licht (Domingo de Luz) de Stockhausen es la séptima jornada del «Ciclo de Luz» dedicado a los días de la semana. La Fura dels Baus ha concebido esta ópera cosmogónica como un ceremonial fantástico, en varios tiempos y escenarios, sobre la dualidad entre carne y espíritu.